¿Qué nos pasa Guate?


domingo, 30 de enero de 2011

Día 28_Requiere tiempo

Convertirnos en adultos requiere años, y toda una estación para que el fruto crezca y madure, es igual respecto al fruto del Espíritu. Mientras nosotros nos preocupamos por la rapidez de nuestro crecimiento, Dios se interesa en qué tan fuertes crecemos. Dios ve nuestras vidas desde y para la eternidad, por eso nunca tiene prisa. Dios tiene que ablandarnos permitiendo que tengamos algunos problemas que no podemos resolver. Cuando aceptamos a Cristo solamente podemos entregarle a Dios tanto como entendemos de nuestra vida en ese momento, y hay mucho en ella de lo cual ni siquiera somos conscientes, cuando le entregamos una parte a Cristo, el empieza su campaña para tomar más y más territorio hasta que toda nuestra vida es completamente suya. La semejanza a Cristo es nuestro destino final, pero el viaje durará toda la vida, hasta ahora hemos visto que este viaje involucra creer (mediante la adoración), pertenecer (en la comunión), y llegar a ser (mediante el discipulado) La biblia dice “Y todos nosotros, con la cara descubierta, reflejando como en un espejo la gloria del Señor, nos transformamos en su misma imagen, resultando siempre más gloriosos, bajo el influjo del Espíritu del Señor” 2 Corintios 3:18

¿POR QUÉ TOMA TANTO TIEMPO CRECER?
Hay varias razones:

1. Somos de lento aprendizaje. Necesitamos repetidas exposiciones de una lección porque rápidamente olvidamos lo que Dios nos enseña y pronto regresamos a nuestros viejos modelos de conducta.

2. Tenemos mucho que desaprender. Muchos van al psicólogo una hora, esperando resolver su problema personal o relacional inmediatamente, pero eso es imposible porque la mayoría de nuestros problemas y malas costumbres no se desarrollan de la noche a la mañana. Requiere arduo trabajo de eliminación y sustitución, no hay una píldora, oración o principio que deshaga al instante el daño provocado en el transcurso de muchos años.

3. Tememos enfrentar con humildad la verdad acerca de nosotros mismos. La verdad nos hace libres pero a menudo, primero nos hace sentir infelices. Enfrentemos con sinceridad nuestros defectos de carácter, permitamos que Dios, ilumine nuestros defectos, fracasos y complejos para poder trabajar en ellos.

4. A menudo el crecimiento es doloroso y nos asusta. No hay crecimiento sin cambio, no hay cambio sin temor o pérdida, y no hay pérdida sin dolor. Debes desprenderte de las viejas costumbres para poder experimentar las nuevas, a menudo las personas construyen su identidad alrededor de sus defectos y dicne “Es que asi soy yo”, la preocupación inconsciente es que si abandono mi hábito, mi complejo o mi herida ¿Quién seré?

5. Desarrollar hábitos lleva tiempo. Tu carácter es la suma de todos tus hábitos, no puedes decir que eres íntegro a menos que tengas por hábito ser siempre sincero. Un marido es fiel a su esposa sólo si lo es todo el tiempo, si practicas algo durante un tiempo, te perfeccionas en eso, la repetición es lam adre del carácter y de la habilidad.

NO TE APRESURES.
Mientras creces en la madurez espiritual, puedes cooperar con Dios:

1. Cree que Dios está trabajando en tu vida aún cuando no lo sientas. La biblia dice: “Hay un momento para todo y un tiempo para cada cosa bajo el cielo” Eclesiastés 3:1, en tu vida espiritual hay estaciones, a veces experimentarás un crecimiento intenso por un tiempo corto, seguido de estabilización y prueba, con el tiempo una pequeña semilla se convierte en un fuerte y hermoso árbol ¿Qué hay de los problemas, hábitos y heridas que te gustaría desaparecieran? Esta bien orar por un milagro pero no te decepciones si la respuesta llega mediante un cambio gradual.

2. Ten un cuaderno o diario para anotar las lecciones aprendidas. Esto no es un diario de acontecimientos sino un registro de lo que estás aprendiendo, acerca de él, de ti, de la vida, de las relaciones y de todo lo demás, para que puedas repasarlas, recordarlas y compartirlas. Debemos volver a aprender las lecciones porque las olvidamos.

3. Se paciente con Dios y contigo mismo. Una de las frustraciones de la vida es que el programa de Dios raramente es igual al nuestro. A menudo tenemos prisa pero Dios no. Dios nunca anda de prisa pero siempre llega a tiempo, no te frustres con el proceso aparentemente lento, las almas grandes crecen y se forman atravesando luchas, tormentas y tiempos de sufrimiento. “sabiendo que la fe probada produce la constancia. Pero que la constancia vaya acompañada de obras perfectas, para que seáis perfectos, irreprochables, sin dejar nada que desear” Santiago 1:3-4

4. No te desanimes. Un retraso no significa negación de parte de Dios. “pues es aún una visión para una fecha fija, llegará a su término y no fallará; si tarda, espérala, pues llegará en el momento preciso" Habacuc 2:3

Reflexión: No hay atajos en el camino hacia la madurez
Versículo: “Estoy persuadido de que: quien comenzó en vosotros la buena obra la llevará a feliz término para el día de Cristo Jesús” Filipenses 1:6
Pregunta: ¿En qué aspecto de mi crecimiento espiritual necesito ser más paciente y perseverante?

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