"Pero, por encima de todo, tened amor, que es el lazo de la perfección." Colosenses 3:14
Dios desea que experimentemos la unidad y armonía unos con otros. La unidad es el alma de la comunión, destrúyela y arrancarás el corazón del cuerpo de Cristo. Dios pagó un precio muy alto por su iglesia y quiere que la protejamos sobre todo del daño que causa la división, el conflicto y la falta de armonía.
"Esforzaos por mantener la unidad del espíritu con el vínculo de la paz." Efesios 4:3. Cómo lo hacemos? La palabra de Dios nos da consejos:
1. Enfoquémonos en lo que tenemos en común, no en las diferencias.
“Por tanto, busquemos la paz y la ayuda mutua” Romanos 14:19. Compartimos un Señor, un cuerpo, un propósito, un padre, un Espíritu, una esperanza, una fe, un bautismo y un amor, la misma salvación, la misma vida y el mismo futuro, enfoquémonos en esto, somos diferentes y debemos valorar y disfrutar esas diferencias. La división surge cuando dirigimos nuestra mirada hacia las personalidades y preferencias, pero si nos concentramos en amarnos y cumplir los cinco propósitos de Dios el resultado es la armonía. “Hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, os ruego que os pongáis de acuerdo y que no haya divisiones entre vosotros, sino que conservéis la armonía en el pensar y en el sentir.” 1 corintios 1:10
2. Se realista respecto a tus expectativas.
Debemos amar a la iglesia pese a sus imperfecciones. Las personas se desilusionan con la iglesia por muchas razones, negligencia, hipocresía, heridas, etc., pero hay que recordar que la iglesia esta formad por pecadores. Si te divorcias de tu iglesia a la primera señal de decepción es señal de inmadurez, nunca encontrarás la iglesia perfecta. Admitamos que todos somos imperfectos y necesitamos de la gracia de Dios, esto es el comienzo de la verdadera comunidad.
3. Decídete a amar más que a criticar.
A veces criticas a los que trabajan por la iglesia pero tu no haces nada, no participas ni contribuyes. Cuando criticas lo que otro creyente hace con fe interfieres en los asuntos de Dios. “4. ¿Quién eres tú para juzgar al criado ajeno? Que se mantenga en pie o que caiga es algo que importa sólo a su amo; pero se mantendrá en pie, pues poderoso es el Señor para sostenerlo” Romanos 14:4. Cuando juzgo a otro creyente pierdo mi comunión con Dios y daño la comunión de la iglesia. El trabajo del diablo es culpar, quejarse y criticar a la familia de Dios.
4. Niégate a escuchar chismes.
Chismear es divulgar una información cuando uno no es parte del problema ni de la solución. No escuches los chismes si quieres proteger a tu iglesia. En el rebaño de Dios, las heridas más grandes generalmente vienen de las otras ovejas y no de los lobos. “Pero si os mordéis y devoráis los unos a los otros, llegaréis a destruiros mutuamente.” Galatas 5:15. Dios nos manda “El chismoso revela los secretos, no tengas trato con el que habla demasiado.” Proverbios 20:19
5. Practica el método de Dios para solucionar conflictos.
Jesús le dio a la iglesia un proceso de tres pasos sencillos para resolver un conflicto: "Si tu hermano ha pecado contra ti, ve y repréndelo a solas; si te escucha, habrás ganado a tu hermano; pero si no te escucha, toma todavía contigo uno o dos, para que toda causa sea decidida por la palabra de dos o tres testigos. Si no quiere escucharles, dilo a la comunidad; y si tampoco quiere escuchar a la comunidad, considéralo como pagano y publicano.” Mateo 18:15-17
Durante los conflictos serás tentado a quejarte con un tercero en lugar de hablar con amor y valentía la verdad con la persona con quien te disgustaste, eso hace que las cosas se tornen peor, ve y habla directamente con la persona, confróntalo en privado, eso es el primer paso, si entre los dos no resuelven, puedes pasar al siguiente paso.
6. Apoya a los líderes de tu iglesia.
No hay líderes perfectos, pero Dios les da la responsabilidad y autoridad para mantener la unidad de la iglesia. “Protegemos la comunión cuando honramos a los que nos sirven por medio del liderazgo” ellos necesitan nuestras oraciones, estímulo, aprecio y amor. “Hermanos, os pedimos que tengáis consideración con los que trabajan entre vosotros y en el nombre del Señor os dirigen y amonestan. Corresponded a sus desvelos con amor siempre creciente. Vivid en paz entre vosotros” 1 tesalonicenses 5:12-13
Acepta tu responsabilidad de proteger y promover la unidad de tu iglesia, esfuérzate en ello y agradarás a Dios. En comunidad aprendemos a decir “nosotros” en lugar de yo, y “nuestro” en lugar de mío. Muchos en la comunidad buscan amor y un hogar donde ser aceptados, todos necesitamos y queremos que nos amen, cuando encontramos una congregación donde los miembros se aman y se preocupan auténticamente los unos por los otros, hay que cuidarla.
Reflexión: Es mi responsabilidad proteger la Unidad.
Versículo: “Por tanto, busquemos la paz y la ayuda mutua.” Romanos 14:19
Pregunta: ¿Qué estoy haciendo para proteger la unidad de la familia de Dios?
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