Huye de las cosas que suelen provocar malos pensamientos, “Huye de las pasiones propias de la juventud, y practica la justicia, la fe, el amor, la paz con quienes invocan al Señor con corazón puro” 2 Timoteo 2:22
Dios ha prometido que nunca permitirá que haya más sobre ti, que lo que te pone dentro para vencerlo. Hay cuatro claves bíblicas para derrotar la tentación:
1. Vuelve a concentrar tu atención en algo diferente. No derrotas la tentación luchando contra los sentimientos que te produce, cada vez que intentas bloquear un pensamiento, lo grabas más profundo en tu memoria, lo fortaleces cada vez que piensas en él. No luches contra ese pensamiento sino procura interesarte en otra idea, la batalla contra el pecado se gana o se pierde en la mente, cualquier cosa que atrape tu atención te atrapará a ti. Cuanto más pienses en algo, tanto más fuerte te retendrá. La tentación empieza por captar tu atención, lo que capta tu atención estimula tu deseo, los deseos activan tu conducta y actúas con base en lo que sientes. Cuanto más te concentres en “No quiero fumar, no quiero hacer esto” tanto más fuerte te atraerá hacia su red. Hacer caso omiso de una tentación es más eficaz que luchar contra ella, si tu mente está en otra cosa, la tentación pierde poder. A veces esto significa dejar físicamente una situación, personas, lugares, cosas, etc., tentadores. Enfoca tu mente en la palabra de Dios, en cosas buenas, “Por lo demás, hermanos, llenen sus mentes de lo que hay de verdadero, de noble, de justo, de puro, de amable, de buena fama, de virtuoso, de laudable” Filipenses 4:8
2. Revela tu lucha a un amigo consagrado o a un grupo de apoyo. La revelación de tu sentimiento es el principio de la sanidad, necesitas contar al menos con una persona a quien expresarle con sinceridad tus luchas, la comunicación auténtica y sincera es el antídoto en la lucha solitaria contra los pecados difíciles de abandonar, algunas tentaciones sólo se superan con ayuda de un compañero que ora por ti, te anima y te ayuda a asumir tu responsabilidad. “Mejor es estar dos que uno solo, porque dos logran más rendimiento en su trabajo. En caso de caída, el uno levanta al otro; en cambio, ¡ay del solo que cae y no tiene a nadie que lo levante!” Eclesiastés 4:9-10. Quítate la máscara, deja de disimular que eres perfecto y camina hacia la liberación. Cualquier cosa de la que no puedas hablar, ya esta fuera de control en tu vida: problemas con las finanzas, matrimonio, hijos, sexualidad; si pudieras solucionarlos por ti mismo ya lo habrías hecho, pero no puedes solo. “Confesaos los pecados unos a otros y rezad unos por otros, para que os curéis. La oración fervorosa del justo tiene un gran poder.” Santiago 5:16
3. Resiste al diablo. Después de humillarnos y ponernos en manos de Dios, debemos desafiar al diablo. “Someteos, por tanto, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros” Santiago 4:7. ¿Cómo resistir al diablo? Pablo nos dice: “Que la salvación sea el casco que proteja su cabeza, y que la palabra de Dios sea las espada que les da el Espíritu Santo” Efesios 6:17. El primer paso es aceptar la salvación de Dios, sin Cristo estamos indefensos, pero Dios protege nuestras mentes con el casco de la salvación, segundo, debes usar la palabra de Dios como arma, por eso la memorización de las las Escrituras es esencial para derrotar la tentación, hay poder en la Palabra de Dios.
4. Percátate de tu vulnerabilidad. Nunca debemos bajar la guardia, ni pensar que la tentación no nos puede alcanzar. No te coloques en situaciones tentadoras, evítalas.
Reflexión: Siempre hay una salida.
Versículo: “No os ha llegado ninguna prueba insuperable. Dios es fiel y no permitirá que seáis sometidos a pruebas superiores a vuestras fuerzas; ante la prueba os dará fuerza para superarla” 1 Corintios 10:13.
Pregunta: ¿A quién le puedo pedir que sea mi compañero espiritual, para q orando por mí, me ayude a derrotar la tentación persistente?
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