Recuerda leer un día a la vez!!!
Al principio, antes de la caída, Adán y Eva disfrutaban de una relación sencilla y cariñosa con Dios, se deleitaban en Dios y Dios en ellos, sin los estorbos de la culpa y el temor. En las narraciones del antiguo testamento predomina el temor de Dios, sin embargo en el nuevo testamento Jesús pagó por nuestros pecados y abrió el acceso directo a Dios: “Más aún: nos alegramos en Dios por nuestro Señor Jesucristo, por medio del cual hemos conseguido la reconciliación” Romanos 5:11. La amistad con Dios sólo es posible por su gracia y el sacrificio de Jesucristo “Todo viene de Dios, que nos reconcilió con él por medio de Cristo, y nos confió el ministerio de la reconciliación” 2 Corintios 5:1
Dios quiere ser tu mejor amigo!! “Ya no os llamo siervos, pues el siervo no sabe qué hace su señor; yo os he llamado amigos porque os he dado a conocer todas las cosas que he oído a mi Padre” Juan 15,15. Dios anhela que lo conozcamos, planificó el universo, incluyendo los detalles de nuestra vida, para que pudiésemos ser sus amigos. “de un solo hombre ha hecho todo el género humano para que habite sobre toda la superficie de la tierra, determinando los tiempos y los límites de su morada, para que buscasen a Dios, y a ver si buscando a tientas lo podían encontrar; aunque no está lejos de cada uno de nosotros” Hechos 17:26-27
“Conocer y amar a Dios es nuestro gran privilegio, ser conocido y amado, es su mayor placer”
COMO LLEGAR A SER EL MERJO AMIGO DE DIOS:
Aprenderemos los seis secretos de la amistad con Dios
1. Mediante la conversación constante. La amistad con Dios se cultiva cuando compartimos todas nuestras vivencias con él. Dios quiere ser más que una cita en nuestra agenda, quiere ser incluido en cada actividad, en cada conversación, en cada problema y en cada pensamiento. Es posible mantener una conversación continua con él, a la espera de su respuesta, durante todo el día, contándole lo que estamos haciendo o pensando en ese momento. “Oren sin cesar” 1 Tesalonicenses 5:17, esto implica conversar con él en todo momento, cuando comemos, trabajamos, compramos, conducimos, etc. Todo lo que hacemos puede ser tiempo que pasamos con Dios, si lo invitamos a acompañarnos y somos conscientes de su presencia. Pasar tiempo con Dios no es solamente estar en soledad con él; Lawrence, en su libro “Practicing the presence of God” dice que la clave de la amistad con Dios, no es cambiar lo que uno hace, sino cambiar la actitud al hacerlo. Lo que normalmente haces para ti, empiezas a hacerlo para Dios. “Comer, bañarte, conversar, recoger basura, etc.”
Dios esta en ti, por tanto, esta siempre contigo. ¿Cómo es posible orar en todo tiempo? Una manera es usar oraciones cortas o frases de aliento “Gracias Señor por mi vida” “Ten misericordia de mi” o usar pasajes cortos de la biblia “Vivo bajo la sombra de tus alas”, órala tan seguido como sea posible para que se grabe en tu corazón, debes entrenar tu mente para recordar a Dios, puedes ayudarte creando notas visibles o poner una alarma en tu celular que te recuerde la hora en la que debes orar. Si buscas experimentar la presencia de Dios en todo, no has entendido nada, no alabamos a Dios para sentirnos bien, sino para hacer el bien y tener conciencia continua de la realidad de que Dios esta siempre con nosotros. Ese es el estilo de vida de adoración.
2. Mediante la meditación continua: La meditación es pensar en su palabra durante el día. Es imposible ser amigo de Dios si no sabemos lo que dice, no podemos amar a Dios si no lo conocemos y no podemos conocerlo si no conocemos su palabra. La segunda manera de consolidar nuestra amistad con Dios es meditar, pensar en su palabra durante todo el día. Si sabes cómo preocuparte, entonces sabes cómo meditar, en vez de pensar con insistencia en tus problemas, vincula tus problemas con versículos de la biblia, cuando más medites en la palabra de Dios, menos te preocuparás. David dijo “Cuánto amo tu ley: todo el día estoy pensando en ella” Salmo 119:97. Los amigos comparten sus secretos, Dios compartirá sus secretos contigo si desarrollas el hábito de meditar en su palabra.
Empieza hoy, practica una conversación constante y medita en su palabra, la oración nos permite hablar con dios, la meditación permite que él nos hable, ambas son esenciales para ser amigos de Dios.
Reflexión: Dios quiere ser mi amigo
Versículo: “El Señor se confía a sus leales y les explica su alianza” Salmo 25:14.
Pregunta ¿qué puedo hacer para recordar que debo pensar en dios y hablar con él más seguido durante el día?
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