Para llegar a ser como Jesús debemos llenar nuestras vidas de su palabra. “Pues toda la Escritura divinamente inspirada es útil para enseñar, para reprender, para corregir, para educar en la justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, dispuesto a hacer siempre el bien” 2 Timoteo 3:17
La palabra de Dios es diferente a cualquier otra palabra, cuando Dios habla las cosas cambian, toda a tu alrededor existe porque “Dios dijo”, la biblia, genera vida, crea fe, produce cambios, transforma circunstancias, edifica el carácter, libera poder, infunde esperanza, supera la adversidad, derrota la tentación, es esencial para nuestra vida, por eso:“Como niños recién nacidos apeteced la leche espiritual no adulterada, para que alimentados con ella crezcáis en orden a la salvación” 1 Pedro 2:2
El espíritu de Dios utiliza la Palabra de Dios para hacernos como el Hijo de Dios.
PERMANECE EN LA PALABRA DE DIOS
“Jesús dijo a los judíos que habían creído en él: "Si os mantenéis firmes en mi doctrina, sois de veras discípulos míos” Juan 8:31
En la vida diaria, permanecer en la Palabra de Dios implica tres cosas:
1. Debo aceptar su autoridad. La biblia debe ser la guía de mi vida, la brújula que me guía, el consejo que escucho para tomar decisiones sabias y la referencia para evaluar todo, la primera y la última palabra de mi vida. Muchos problemas ocurren porque fundamentamos nuestras decisiones en la cultura (lo que todos hacen), la tradición (siempre se ha hecho así), la razón (lo lógico), o la emoción (sentí que era lo correcto), pero tu, cuando tengas que tomar una decisión, proponte hacerte primero esta pregunta ¿Qué deci al Biblia? Proponte que cuando Dios te pida que hagas algo, confiarás en la Palabra de Dios y lo harás, tenga sentido o no, aunque no tenga sentido hacerlo.
2. Debo asimilar su verdad. No basta sólo con creer en la Biblia, debo llenar mi mente de ella para que el Espíritu Santo pueda transformarme con la verdad. Hay cinco maneras de hacerlo;
• Recibirla: Recibes la palabra de Dios cuando la escuchas y aceptas con mentalidad y actitud receptiva. Jesús identificó tres actitudes: Una mente cerrada (tierra dura), una mente superficial (poco profunda) y una mente distraída (tierra con hierbas malas).
• Leerla. No podemos crecer si leemos la Biblia de vez en cuando o medio la leemos, si tan sólo la lees 15 minutos diarios, la leerás una vez al año. Haz un plan diario de lectura.
• La investigación, o el estudio de la Biblia, implica formularse preguntas acerca del texto y anotar tus ideas, detente y pregúntate: ¿Qué? ¿Quién? ¿cuándo? ¿cómo? ¿dónde? Y porqué? “Pero el que considera atentamente la ley perfecta de la libertad y persevera en ella, no como un oyente olvidadizo, sino como un activo cumplidor, será dichoso en practicarla” Santiago 1:25
• Recordándola. Tu capacidad para recordar es un regalo de Dios. Recuerdas lo que es importante para tu vida, la palabra de Dios es importante para tu vida, memoriza versículos de la biblia, repásalos en todo lugar, eso te ayudará a resistir la tentación, a tomar decisiones sabias, edificar confianza, brindar buenos consejos y acompañar en su fe a otros. Cuanto más uses tu memora más solida llegará a ser, repasa los versículos siempre que puedas. “Que la palabra de Cristo viva entre vosotros con toda su riqueza. Enseñaos y aconsejaos unos a otros con talento…” Colosenses 3:16
• Reflexionar: En lo que Dios nos dice, meditar en su palabra, concentrar el pensamiento y reflexionar en su palabra una y otra vez. La reflexión minuciosa sobre la verdad de Dios es una llave a la oración contestada y el secreto de una vida victoriosa.
3. Debo aplicar sus principios. Es inútil recibir, leer, investigar, recordar y reflexionar la palabra si no la ponemos en práctica. Debemos ser hacedores de la palabra, es o más difícil, solo con oír y leer no estamos entregando nuestra vida a Cristo, sin aplicación nuestros estudios bíblicos carecen de valor. Puede que la puesta en práctica de la Palabra de Dios resulte ser difícil o dolorosa, “La verdad nos liberará, pero antes puede hacernos sentir miserables” La mejor manera de ser un hacedor de la palabra es escribir siempre un paso de acción como resultado de la lectura o reflexión sobre la palabra de Dios, este plazo debe ser personal (involúcrate Tu) práctico (algo que puedes hacer) y comprobable (con plazo límite para hacerlo). Todas las medidas prácticas deben involucrar tu relación con Dios, con otros o tu carácter.
Reflexión: La verdad me transforma
Versículo: Jesús dijo a los judíos que habían creído en él: "Si os mantenéis firmes en mi doctrina, sois de veras discípulos míos, conoceréis la verdad y la verdad os hará libres". Juan 8:31-32
Pregunta ¿Qué es lo que ya me ha dicho Dios en su palabra, que todavía no he empezado a hacer?
El que escucha mis palabras y las pone en práctica se parece a un hombre sensato que ha construido su casa sobre roca. Mateo 7:24
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