¡Oh dios mío! Acabas de revelar a tu siervo que vas a edificarle una casa, y por esto he encontrado valor para orar en tu presencia. Ahora, pues, Yavé, tu eres Dios, y tú has prometido esta dicha a tu siervo, y ahora te has dignado bendecir la casa de tu siervo para que permanezca por siempre en tu presencia. ¡Oh Yavé! Tú eres el que bendice y mi casa, pues, será bendita para siempre.
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2 comentarios:
En tiempos tan difíciles sentimos que Dios está lejos pero está más cerca.
si, que bueno que no estamos solos. Dios te bendiga.
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