Llegaste a mi vida,
me abrazaste
y llenaste de alegría los años de mi vida,
desde entonces me regalas una rosa cada día,
me llenas de detalles y ternuras sin hipocresía,
tus regalos enriquecen mi vida,
son puros, puros y transparentes como una dulce melodía,
no tienen valor ya que para pagarlos mi vida daría,
no quiero más que vivir entre tus brazos,
no me dejes, no me dejes nunca vida mía.
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